domingo, 29 de julio de 2007

Informe número 39 - El monstruo de Jerusalén

El Golem de Jerusalén

La estatua conocida por todos los niños de Jerusalén como El Monstruo en nada inspira sensaciones de temor o intimidación.
¡Al contrario!

Esta estatua nació con el nombre de «Golem» hace ya 35 años. La obra fue realizada en los años 1971-1972 por Niki de Saint-Phalle, artista franco-americana (1930-2002), y donada por ella a los niños de Jerusalén.


El «golem» es, en el folklore medieval y la mitología judía, un ser animado fabricado a partir de materia inanimada. Como Adán, el golem es creado del barro al cual se le provee una chispa divina que le da la vida. La palabra golem también se usa en la Biblia y en la literatura talmúdica para referirse a una sustancia embriónica o incompleta. El nombre parece derivar de la palabra gelem, que en hebreo significa materia prima. En la actualidad Golem se usa primordialmente como metáfora bien para seres descerebrados o para entidades que están al servicio del hombre bajo determinadas condiciones, pero enemigos de éste en otras. En hebreo coloquial, la palabra golem es equivalente a tonto, estúpido.

Niki de Saint-Phalle y el Arte-Catarsis

Niki de Saint-Phalle salió contra todas las hipocresías y las perversidades familiares, religiosas y sociales. Ella las conoció en su propia historia: hija de una familia aristocrática de banqueros franceses, fue víctima de incesto a los once años. Tras una juventud rebelde y agitada, pasó temporadas de depresión en un hospital psiquiátrico y en 1953, durante su convalecencia en Niza, la pintura se convirtió en una necesidad. Poco despúes, durante un viaje a España descubrió la obra del arquitecto español Antonio Gaudí, quien le influiría profundamente, especialmente por su Parq Güel en Barcelona.

La primera parte de la obra de Niki de Saint-Phalle, cuadros asesinados con armazones de hierro torturados, aparece como una tentativa vital de decir lo indecible y de cuestionar lo incomprensible. En 1972, realizó la película Daddy, sobre la relación entre un padre y su hija, y en 1994 publicó Mon secret, un libro sobre el incesto.

De esta búsqueda tenaz y catártica, la artista sale reconciliada con la feminidad y la vida, y sus obras celebran la felicidad y la libertad de ser: ya no hay monstruos sanguinarios sino dragones multicolores e inofensivos.

Poco antes de cumplir los 70 años, en octubre del 2000, la artista recibió en Tokio el Premio Imperial, considerado como el Nobel de las artes. Murió en 2002, luego de una larga enfermedad pulmonar que se habría generado por la absorción de substancias nocivas durante su trabajo.

El monstruo divertido de Jerusalén

La obra está hecha en cemento, armazones de hierro y fibra de vidrio. De color blanco, negro y rojo tiene, según su autora, un mensaje feminista. El Golem-mostruo es la cabeza de una gigantesca mujer carnosa que se extiende sobre el parque, pero aún así crea una agradable sensación y así contradice la imagen de fragilidad de la mujer en el mundo occidental.

La cabeza redondeada, a la que se sube por una escalera lateral, crea en su interior espacios tipo cavernas. De su boca bajan tres grandes lenguas de color rojo, que sirven de toboganes

La obra está ubicada en el Parque Ravinovich, cuya familia donó dinero para su construcción en el barrio de Kiryat Yovel. En realidad, nadie en la ciudad conoce al parque por su nombre oficial. Los niños han impuesto el nombre de Monstruo (mifletzet en hebreo) al parque y asi han dado la chispa divina que le da vida a lo que hace 35 años era sólo hierro y cemento.

En esta paradójica ciudad y de tantos peligros, los niños no les tienen miedo a los monstruos, al contrario, rogan a sus padres que los lleven a jugar con él...

No hay comentarios.: